Estimado Primer Ministro,
Nosotros, musulmanes, cristianos, judíos o zoroastrianos,
alauitas o shafi'íes, creyentes o no creyentes, ateos o agnósticos. Nosotros,
jóvenes académicos comprometidos profundamente con la importancia del laicismo,
valoramos como peligrosa cuando no estremecedora su declaración acerca de
instruir una juventud religiosa y conservadora en Turquía.
Guardamos en nuestra memoria histórica el asesinato de Turan
Dursun por sus ideales; la cruenta represión a la que tuvo que enfrentarse Aziz
Nesin; las sanguinolentas masacres de Maraş y Sivas; o los deleznables
asesinatos del Padre Santoro y del Editorial Zirve.
Su discurso separatista, erigido desde una convicción
religiosa que se nutre de considerar el ateísmo – que resulta adoptado por
cientos de miles de personas en nuestro país- como núcleo de toda maldad,
deviene por completo inaceptable desde nuestro punto de vista. Le recordamos
que, como Primer Ministro, Vd. tiene la imperiosa obligación de mantener y
garantizar, bajo el prisma de la ecuanimidad, la igual distancia respecto de
todas las religiones y creencias, al ser ésta una condición indisociable,
principal y definitoria de todo sistema democrático.
Por otro lado, condenamos su discurso por tratarse de una
evocación hiriente para con aquellos niños sin techo – como advierten los
medios de comunicación, “los niños adictos a tíner”- que les obliga a tener que
vivir y convivir en un escenario hostil, caldo de cultivo de multitud de
riesgos y peligros. Tales condiciones no son consecuencia de una “carencia de
fe”, si no que más bien derivan de la irresolución e inobservancia de
incontables problemáticas y condiciones sociales y económicas que socavan la
realidad de nuestro país y cuya administración está en sus manos desde hace una
década.
Dicho esto, estimado Primer Ministro, su deber y
responsabilidad primera pasa por atender y entender que la distribución de las
oportunidades de educación es una necesidad primordial en el propósito de que
prosperen generaciones venideras de pensamiento crítico cuyos principales
valores reposen en el amor por la naturaleza y la humanidad. Solo éste será el
punto de partida desde la que aspirar a proporcionar las condiciones
primordiales para que todos los ciudadanos y ciudadanas de este país vivan como
merecen, en aras de la dignidad.
Así, firmando este texto, mostramos nuestra preocupación por
la inefable situación en la que actualmente se encuentran cientos de
periodistas y colegas universitarios así como miles de políticos y diputados –
aparte de nuestra maestra Büşra Ersanlı-, encarcelados.
Es por todo que para derrocar este espectro de miedo
firmamos esta carta.
Cordialmente,
Jóvenes académicos
Si está de acuerdo con nosotros, por favor firme la petición